Después de darle una buena mirada al estante donde atesora sus libros, discos y películas preferidos, esto es lo que Betina González quiso compartir con nosotros.




Qué difícil escribir sobre ese secreto tan bien guardado que es Fleur Jaeggy (Zurich, 1940). Búsquenla en la Web: no encontrarán casi nada. Su obra es sencillamente inclasificable y ha desconcertado a más de un crítico. No hace falta más que ver cómo se equivocan algunos reseñadores en inglés cuando opinan que la bella novela que estoy recomendando tiene una trama "frágil" . Sí, es cierto. Los hermosos años del castigo es una novela sobre un internado de niñas católicas en Suiza en la que no pasa casi nada. El lector no encontrará allí historias rosas, dulces, leves o lésbicas. Encontrará verdadero drama: sólo que bordado en la filigrana de una prosa cruel y aguda que devuelve a esas niñas, a sus rencillas de clases y pasillos, todo el espesor de la pregunta por el absurdo humano que vivimos diariamente y elegimos olvidar. Yo la leí por primera vez en inglés y la traducción es excelente: bastó para dispararme mi propia historia de adolescentes oscuras. Un año después, leí la versión en español de Tusquets. La lectura me produjo el mismo efecto doloroso, como si al caminar por la calle, el ala de una criatura desconocida te golpeara bruscamente la cara. Ya no volvés a ser la misma. ¡Que alguien tenga el descaro de hacer eso con el lenguaje y en narrativa! Eso pensé, la segunda vez igual que la primera. Fleur Jaeggy es una de las autoras a las que deseo (y temo) fervientemente conocer. Ah, Roma.

Hallazgos:
[Rodrigo Blanco Calderón: Maten al león]
[Ricardo Silva Romero: Girls]